El viaje por «Una Lágrima y un Recuerdo»

El primer recuerdo que llega a la mente de Fernando Gil al escuchar “Una lágrima y un recuerdo” del grupo Miramar, lo ubica en su natal valle del cauca, en la sala de su casa y con tan solo 9 años donde tenía la labor de ser el DJ de sus primas adolescentes quienes lloraban por amor con esta canción, la que repetían una y otra vez en el casete o en el LP que sonaba en la vieja radiola del amado abuelo materno.

Mientras repetía esta y todas las canciones de José Barette, Fernando Gil soñaba con ser un artista, llenar escenarios como lo hacía Miramar y que muchos cantaran sus canciones con el mismo sentimiento con el que lloraban sus primas; dicen por ahí que “soñar no cuesta nada” y pese a lo que muchos pensaran en aquel entonces, los sueños de ese pequeño niño no le pesaban porque años después sería conocido como El Caballero de la Música Popular en Colombia y el mundo.

Fernando Gil, quien cantaba desde pequeño, hizo su sueño realidad en el año 2012 al grabar profesionalmente su primera producción musical “El caballero de la música popular”, de la mano del maestro Iván Calderón; posteriormente, presentó su segundo álbum “Mi Historia” que hizo en coproducción con el gran Kike Santander, siendo Fernando Gil, hasta el día de hoy, el primer artista de música popular producido por una de las mentes más brillantes de la música latina.  “Por Amor a México” es el tercer álbum del artista, producción musical en la que lo acompañó el productor Diego Arango y que grabó desde casa en el pico de la cuarentena que se vivió por la pandemia del 2020; con este álbum, Fernando rindió un homenaje y entregó su gratitud al pueblo mexicano que desde el año 2017 abrió las puertas a su música con una respuesta memorable al artista colombiano, quien desde ese momento suena en las diferentes estaciones radiales y es apoyado de corazón a corazón por los hermanos manitos.

Precisamente, en un viaje en México, Fernando descubrió que la noticia que por años se había escuchado en Colombia que afirmaba que el grupo Miramar de José Barette había fallecido en un trágico accidente era falsa y después de creerlos muertos por más de 20 años, Fernando decide emprender un viaje desde Colombia hacia Ciudad de México y posteriormente atravesar el país en bus en un viaje de 14 horas para llegar al poblado de Riogrande en Oaxaca, México, donde reside el original grupo Miramar y su voz principal y uno de sus fundadores José Barette, quien una vez reunido con Fernando Gil y después de la emoción de encontrarlo, le propuso cantar juntos las canciones que lo hicieron famoso y lo llevaron a conocer el mundo.

Hoy, el maestro Pepe Barette tiene 70 años, afirma que las noticias falsas llegaron a diferentes países latinos, producto de empresarios ávidos de vender sus shows y crear grupos alternos para satisfacer la demanda en las contrataciones dado el éxito de la agrupación, lo que explica además, por qué el grupo Miramar se multiplicó con homónimos en diferentes lugares del mundo de habla hispana y con tantos que se adjudicaban sus glorias y su éxito.

Pero Miramar solo hay uno y José Barette no murió en ningún accidente, sus discos de oro y platino y muchos reconocimientos más, reposan en su rancho donde vive al lado de su familia.  Fernando Gil no solo le devolvió la vida a sus letras y canciones, sino que le mostró al mundo que su sonrisa y su voz no han cambiado y están más vivos que nunca.

Una lágrima y un recuerdo, hace parte del álbum discográfico “Triunfadores” de la música popular de Codiscos, y es la primera canción que se promociona para el 2021, esta propuesta musical que reúne a diversos artistas del género.

Y de esta forma nace “De mi Colección Personal” el cuarto álbum discográfico del artista, donde se incluye la canción “Una lágrima y un recuerdo” entre otros éxitos de artistas o compositores mexicanos y unas letras inéditas de Fernando Gil que van a seguir cautivando a sus seguidores; el propósito de este álbum, es que las generaciones que vivieron los éxitos de los años 70 y 80 revivan sus mejores momentos y las nuevas generaciones descubran en estas composiciones y melodías que la música siempre es arte y sólo le pertenece al público.