Raffaella Carrà, durante décadas una de las artistas más queridas de la televisión italiana, apodada cariñosamente como «reina de la televisión italiana», murió el lunes (5 de julio) a los 78 años.
La RAI leyó un comunicado de su familia, anunciando que murió en Roma después de una larga enfermedad. No se han proporcionado más detalles.
Con su presencia enérgica y su voz fuerte, casi ronca, la elegante Carrà fue un elemento básico tremendamente popular en las primeras décadas de apogeo de la RAI, especialmente cuando era el unico canal de televisión a nivel nacional.
Con disfraces a menudo sexys, atrevidos para los estándares de la televisión estatal en un país donde el Vaticano ejerce una influencia considerable, a Rafaela Carrà también se le atribuyó el mérito de ayudar a las mujeres italianas a tener más confianza en sus cuerpos y su sexualidad, una vez incluso mostrando su ombligo durante una actuación televisiva.
El periódico La Repubblica escribió que logró ser provocativa pero aún familiar y tranquilizadora para millones de televidentes. También fue considerada un ícono para los fanáticos homosexuales debido a sus actuaciones.
Su característico corte de pelo rubio fue imitados por muchos fanáticos.
El magnate de la televisión Silvio Berlusconi, exprimer ministro italiano, lamentó el fallecimiento de ella, llamándola «uno de los símbolos de la televisión italiana, quizás la personalidad más querida».
En una publicación en Facebook, Berlusconi dijo que con sus programas de televisión, «supo hablar con varias generaciones diferentes, teniendo la capacidad de estar siempre al día con los tiempos y sin caer nunca en la vulgaridad».
«Ella era la dama de la televisión italiana», dijo el ministro de Cultura, Dario Franceschini. El presidente Sergio Mattarella recordó a Rafaela Carrà como “el rostro de la televisión por excelencia que transmitía con su talento y su simpatía, un mensaje de elegancia, amabilidad y optimismo”.
En una de sus últimas entrevistas, ella le dijo a una revista italiana que «las mujeres italianas me encontraron muy agradable porque no soy una devoradora de hombres. Puedes tener atractivo sexual junto con la dulzura y la ironía».
En 1971 escandalizó a los televidentes conservadores con una exitosa canción llamada «Tuca, Tuca», que ella cantaba mientras movía las manos hacia arriba y abajo por los cuerpos de varios hombres.
Fantastico, su programa de televisión de la década de 1980, atrajo a 25 millones de espectadores, casi la mitad de lo que entonces era la población de Italia.
Pero fue el programa de variedades de televisión «Canzonissima» de la década de 1970, el que selló su reputación como estrella. Los italianos estaban pegados a sus televisores en blanco y negro todos los sábados por la noche para disfrutar del programa, que lanzaba canciones exitosas año tras año.
Cariñosamente conocida como Raffa, ella nació como Raffaella Maria Roberta Pelloni en Bolonia el 18 de junio de 1943. Comenzó su carrera como cantante, bailarina, presentadora de televisión y actriz cuando aún era una niña.
Los programas posteriores incluyeron un programa de charlas al mediodía llamado «Pronto Raffaella».
Algunos espectáculos se adaptaron a su exuberante estilo de actuación, incluido «Carramba! Che Sorpresa», que debutó en 1995 y cuyo título jugó con su nombre y sus años de presentadora en España.
Carrà se hizo popular en España y América Latina a mediados de la década de 1970, especialmente debido a sus éxitos en español, «Fiesta» y «Caliente, Caliente».
Con una afición por los vestidos ajustados, la cantante trajo un aire fresco a la television española con una coreografía novedosa al ritmo de la musica disco en un momento en que el país fuertemente católico recién salía de cuatro décadas de una estricta dictadura conservadora.
Fue entonces cuando Carrà hizo su debut en español con una actuación de 10 minutos en un programa musical llamado «Señoras y Señores».
Carrà no estaba casada. No tuvo hijos, pero el periodico Corriere della Sera la citaba frecuentemente con la frase: «No tuve hijos, pero tuve miles de ellos».
Esto se refería a los 150,000 niños necesitados que a lo largo de los años ella ayudó gracias a los patrocinadores que la ayudaron en su programa de televisión «Amore»