La icónica banda de rock británica Pink Floyd acordó vender sus derechos de música grabada y de nombre e imagen a Sony Music por unos $400 millones.
El acuerdo, uno de los más grandes de muchos en los últimos años, finalmente concluyó a pesar de décadas de luchas internas y amargas palabras entre los miembros de la banda, en particular los compositores principales Roger Waters y David Gilmour. También están involucrados en el negocio el baterista Nick Mason, los herederos del teclista Richard Wright y del cantautor fundador Roger «Syd» Barrett.
El acuerdo incluye los derechos de grabación de la música, pero no los de composición, que seguiran perteneciendo a los autores individuales.
Las caratulas icónicas de sus álbumes, que fueron diseñadas en gran parte por la firma británica Hipgnosis, están incluidas en el negocio.